Tuesday, October 31, 2006

LA PELICULA DEL MES: TESTIGO DE CARGO (WITNESS FOR THE PROSECUTION) 1957

Advertencia: Si aún no ha visto esta película es preferible que no lea este artículo pues contiene partes importantes de la trama y el desenlace.

Estamos ante una de las mejores películas de todos los tiempos. Obra maestra absoluta. Impagable lección de cine a cuenta de un interesantísimo policíaco de intriga sumamente inteligente, impregnado de un ingenioso y distinguido toque de irónico humor que atrapa al espectador de principio a fin y le da a respirar, permanente y despacio, un ambiente de máxima expectación. Sus diálogos son extraordinarios, la dirección es excelente, los actores están magníficos y sus primeros veinte minutos son de una comedia perfecta. Una obra maestra cuyo broche final es un rebuscado lío de guión por el que la película corre el riesgo de sufrir una injusta subestimación. Algunos críticos coinciden en afirmar que el final flojea, sobrándole un par de giros que confunden al espectador y que el problema reside en que la trama va descubriendo errores monumentales que hacen que su final sea uno de los más tramposos y aparatosos de la historia del cine.

ARGUMENTO

Octubre de 1952. El prestigioso abogado criminalista Sir Wilfred Robards (Charles Laughton), enfermo del corazón, tiene que abandonar el alcohol, el tabaco, la compañía femenina y los juicios criminales por prescripción médica. Regresa de una larga estancia en el hospital aquejado de una dolencia cardíaca acompañado de su insoportable enfermera, la señorita Pilmsoll (Elsa Lanchester) quien no cesa en ningún momento de recordarle sus obligaciones de enfermo aún convaleciente y "castigado" por los médicos a una dieta a base de casos civiles (separaciones matrimoniales, desfalcos y denuncias por siniestros con el seguro de turno).
Pronto, llega a su despacho un asesor legal amigo suyo, acompañado de un hombre agradable y simpático llamado Leonard Vole (Tyrone Power), y le presenta su caso. Vole es un hombre dedicado a trabajos poco cualificados como el de probador de juguetes para niños en grandes almacenes, reparador de máquinas extrañas, y que ahora después de su estancia en Alemania con motivo del servicio militar, se dedica al oficio de inventor de cosas tan "prácticas" como la batidora de huevos que además separa la clara de la yema. El caso es que está implicado en el caso del asesinato de una dama cinquentañera llamada Emily French a la que conoció cuando ojeaba una tienda de sombreros el día del cumpleaños de su mujer alemana Christine Helm (Marlene Dietrich), y de la que posteriormente se hizo gran amigo con el propósito egoísta de conseguir fondos para su "innovador y revolucionario" invento. Cuando se descubre que la difunta le deja en herencia ochenta mil libras, la cosa se complica paradójicamente para Leonard.

Robards pasará por alto las saludables recomendaciones de su médico y al creer en su inocencia accede a defenderle en el proceso que tendrá lugar durante casi un tercio de la cinta, y en la que numerosos testigos son citados a declarar. La principal testigo que tiene la defensa será la mujer de Vole, Christine (Marlene Dietrich), quien esta en todo momento defendiendo al acusado pero cuando todos esperaban que Christine se citase como testigo de la defensa llega la gran sorpresa: Christine es un Testigo de cargo. A partir de entonces se suceden los diversos giros y contragiros que hacen de esta película una pieza maestra, muy por encima de la obra teatral epónima de Agatha Christie.

HISTORIA DEL RODAJE

Testigo de Cargo es una película de Billy Wilder -director magistral aún fuera de sus registros- filmada en 1957. Junto a "Perdición" y "El crepúsculo de los dioses" -además de sus dos obras maestras indiscutibles: “Con faldas y a lo loco” y “El apartamento”- son la plasmación cinematográfica de un director clásico, de un narrador sobrio y del cine en estado puro: contar historias. Wilder debería atribuirse los meritos que se le han asignado a Kubrick, dominar los generos y cambiarlos y no es justo que pase a la historia como el mejor director de comedias.

Esta película es la adaptación al cine de la obra teatral creada por Larry Marcus del relato The Witness for the Prosecution firmado por la reina del misterio Agatha Christie, publicado en el año 1933 en una colección llamada The Hound of Death. La verdadera responsable y principal impulsadora de su adaptación cinematográfica fue Marlene Dietrich ya que propuso a la United Artist llevar al cine la obra de teatro reservándose el papel protagonista y exigió que el director fuera Billy Wilder, con quien ya había trabajado en Berlín Occidente, habiendo desde entonces labrado una gran amistad. En esta película Marlene realizó una de las interpretaciones cumbre de su carrera trabajando durante el rodaje como si su vida dependiera de esta interpretación. Wilder, que deseaba hacer una cinta de intriga al más puro estilo Hitchcock aceptó encantado el proyecto y tomando como punto de partida la mencionada obra teatral "Veredicto" de Christie, la adaptó escribiendo el guión junto a Harry Kurnitz -guionista habitual de comedias para Danny Kaye-, realizando una adaptación perfecta hilvanando toques de comedia. Christie asegura el suspense y Wilder el humor. Una mezcla perfecta cuya elegante alternancia entre comedia y drama brillan con luz propia.
Wilder tenía claro que Wilson Robards sería personificado por uno de los mejores actores de todos los tiempos, el gran Charles Laughton -un Laughton impagable que hace uso de un humor medido e ingenioso, acaso mordaz, a lo largo de todo el metraje- y que la enfermera Plimsoll que sigue a todos lados a su paciente para que se tome su medicación y no cometa excesos sería Elsa Lanchester, esposa en la vida real de Laughton -todo un acierto porque las escenas que tienen juntos son lo más divertido de este filme que combina a la perfección el melodrama judicial, el misterio y el humor-.

La cinta se rodó en Londres con un presupuesto de 3 millones de dólares y llegó a recaudar casi ocho millones de dólares convirtiendose en todo un exito de público. La propia Agatha Christie se sintió muy contenta y alabó la versión que Wilder hizo de su obra. Hoy Testigo de cargo (la película británica de Wilder) es considerada una de sus peliculas más críticas y llenas de ironía, además de una de las favoritas del público.

COMENTAN LOS PROTAGONISTAS
Billy Wilder: Esta cinta fue para Wilder una de sus mejores películas y esto gracias a su colaboración con Charles Laughton, que hace uno de sus mejores trabajos -su carácter díscolo y por momentos agrio resulta de lo más atractivo que se vio nunca en pantalla-, de él dijo el realizador: "Laughton es el mejor actor con el que he trabajado. Durante el rodaje, cada tarde nos sentábamos y decidíamos qué escena rodaríamos al día siguiente, y la desarrollábamos. Después, Laughton entraba en mi despacho y me decía: - La escena que queremos rodar mañana me parece que es muy importante. Y se me ha ocurrido una idea. ¿Qué te parece si...?. Y a mí me parecía una idea brillante. Y después de una pausa me decía: - De todas formas, creo que... Y de nuevo interpretaba la escena con brillantes ocurrencias todavía mejores. Y esto se repetía hasta que me había interpretado veinte versiones de una escena y todo sin cambiar ni una sola palabra del texto. Cada una de sus interpretaciones era una versión más enriquecedora con respecto a la anterior. Y es que Laughton podía hurgar en su talento como un niño feliz en una caja de juguetes llena a rebosar. Es mucho más frecuente encontrarse con el otro extremo, es decir con el actor que es tan modesto, tan tímido, que no aporta nada de sí mismo".

"Me aburro si hago siempre lo mismo. Admiro a Hitchcock; pero no podría trabajar como él, porque siempre hacía la misma película. Me dije: 'Ahora voy a hacer una película mejor que Hitchcock' e hice Testigo de Cargo.
"Es muy difícil encontrar un proyecto que me interese y que a la vez tenga probabilidades en el mercado de hoy... Ahora el público mayoritario es menor de veinticinco años y carece de tradición literaria. Prefieren la violencia estúpida a una trama sólida; los tacos, a un diálogo inteligente; el desarrollo pectoral, al desarrollo de los personajes. Nadie escucha, sólo se sientan y esperan que les asalten una serie de sobresaltos y sensaciones fuertes...

"Son malos tiempos. Ernst Lubitsch, que con una puerta cerrada conseguía más de lo que la mayoría de los directores de hoy consiguen con una bragueta abierta, habría tenido graves problemas en este mercado. No encajo en ningún sitio. Puede que algunos directores digan: "Si quieren películas para el público joven, también sé hacerlas". Bueno, pues yo no sé. Si uno compone valses, no puede empezar a componer de repente música disco: sonará falsa.

Marlene Dietrich: Adoraba a Wilder. Dos ejemplos lo testimonian: Una vez le preguntaron que con quien le gustaría pasar una noche. Ella contestó: "Con Billy Wilder; pero no una noche, sino muchas noches. Yo le amaba, pero lamentablemente nos dimos cuenta demasiado tarde, cuando nuestro trabajo había terminado". En otra ocasión, a la afirmación que le hicieron de que ella había trabajado con muchos grandes directores, respondió categórica: "No, no, yo sólo he trabajado para dos grandes directores, para von Sternberg y para Billy Wilder", olvidándose de realizadores como Alfred Hitchcock u Orson Welles.

ESTRENO Y CRITICAS

La cinta se preestrenó en Londres ante la Familia Real; tras la proyección, Wilder les pidió que no revelaran el final. Su estreno se produjo en Estados Unidos en diciembre de 1957 y las críticas fueron por lo general sensacionales, pues no solo hablaban de la habildad de Wilder, llegando a mejorar incluso la obra original, sino del extraordinario trabajo de Charles Laughton.

El New York Times señaló: "Para ser un melodrama de tribunales sujeto a una única trama Testigo de cargo resulta una película extraordinaria", y subrayó la habilidad en la direccion de Wilder y la magistral interpretación de Laughton. Tanto Cue como Saturday Review consideraron que Wilder habia mejorado sustancialmente la obra; Newsweek la calificó de melodrama insuperable, pero se quejaba de que Laughton interpretaba "sus deberes legales con todos los gemidos, jadeos, resoplidos, suspiros, exhalaciones y demás aspavientos que el guión -y el director- puede soportar... Laughton domina el proceso con la satisfaccion de un viejo actor que ha encontrado la horma de su zapato".

Sin embargo, visualizando el film con detenimiento y más de una vez, pueden encontrarse algunas fallas en el guión y las actuaciones que hacen que algunos críticos aseguren que es una de las peliculas con el final más tramposo e increible de la historia del suspense. Entre las más destacables:
-Christine Helm Vole tiene un acento muy marcado hablando inglés pero cuando “interpreta” a la mujer que les entrega las cartas lo pierde completamente. Además es una gran maquilladora: crear esa cicatriz en la mejilla y parecer un travestido era para condecorarla.
-Cuando Leonard reconoce que fue a una agencia de viajes con una morena y que ambos mostraban sin pudor un grado de afección supino, ni el gran Sir Wilfrid Robarts ni el Fiscal recalan en algo: buscar a esa morena para confirmar o desmentir la versión de Leonard y que el papel de hombre ciegamente enamorado de su esposa se desmonta por completo.
-Desconozco qué se hacía con las pruebas en un juicio penal en Londres de los años 50, pero dejar el cuchillo con el que Leonard se corta encima de la mesa para que Christine se lo introduzca en el cuerpo en un ataque de celos es sorprendente, y más todavía teniendo en cuenta que habían pasado varios días desde que se mostró el cuchillo al jurado. Y por otro lado, parece imposible que en una Sala de audiencias se deje a un supuesto asesino sin esposar a dos metros de un arma blanca que se ha dejado escrupulosamente ahí durante todo el juicio.
-Continuando con la aparatosa escena final sorprende como Christine es capaz de matar a un hombre con una sola puñalada en el estomago y este caiga muerto (la enfermera le toma el pulso según cae y confirma su muerte en contados segundos). Por lo que se ve Leonard Vole tenía alergia mortal al acero.

COMENTARIO

Testigo de Cargo
es un clásico judicial para disfrutarlo en cualquier ocasión. Sin duda el mejor juicio de la historia del cine. Tiene una hora y media impactante, sobria e inteligente. Es el cine de juicios más grande, aquel que disecciona los hechos con el bisturí más fino y permite al espectador ser el juez del más apasionante e intrigante suceso. Uno tiene la sensación más bien de asistir a una nueva clase magistral del suspense de la mano de Hitchkock, pero ¡no!... Es Billy Wilder quien a todo eso ello añade su inconfundible sello, aquel del gusto por el humor inteligente, y los deliciosos dobles sentidos de los que estaban hechos sus irrepetibles e inolvidables diálogos. El resultado es una deliciosa película de grandes procesos judiciales o trials, de esas que creaban escuela, con un tono más aséptico que "Anatomía de un asesinato" de Otto Preminger, aunque más singularmente irónica y cómica.

Testigo de cargo es una obra de engaños y mascaradas en lo que nada es lo que parece. Una experiencia única e irrepetible con un inmenso Charles Laughton -este gran actor despliega en Testigo de cargo toda su dosis de inteligencia, recursos y sarcasmo- en un mano a mano con Tyrone Power, el inolvidable galán de la Fox que había empezado una nueva etapa de su carrera con personajes más dramáticos y complejos que los realizados por el en los años 40, cuando interpretaba generalmente personajes aventureros en películas de capa y espada. Tyrone Power y Charles Laughton nos han dejado en esta película las que pudieran ser las mejores interpretaciones de sus carreras, mientras que la frialdad germánica de Marlene Dietrich -que nos regala una interpretacion enigmatica y perfecta- y unas frases memorables hacen de ella una pelicula imprescindible de la filmografia de Wilder. Por otra parte, debo confesar, que a pesar de las brillantes interpretaciones de Laughton y Dietrich, y del gran director que filma la cinta, probablemente jamás habria visto la película si no hubiera estado Tyrone Power en el reparto. Quizá la insistencia de incluir a un actor carismático y taquillero en el elenco por parte del director y los productores haya ido por ese camino como veremos más adelante.

En conclusión, un guión estupendo, una dirección maestra, unos actores extraordinarios que hacen de esta una pelicula excepcional, antológica e imprescindible. Basta tratar de pensar que parte de la cinta es mas brillante: que si la Dietrich está genial, que si Power está perfecto en su papel de inculpado supuestamente inocente con un pie en la horca, que cada secuencia con la enfermera es más genial que la anterior, que si el termo de coñac, la silla-ascensor, el esparrame de los puros, los diálogos del juicio. ¿Cómo podemos pensar siquiera que si el cuchillazo del final es letal o que si es una muerte demasiado inmediata?. La verdad es que a todos nos encadiló, que da gusto volverla a ver, que el tiempo no pasa por ella, que las interpretaciones del trío Power-Dietrich-Laughton son fabulosas -sin olvidarse de secundarios como la enfermera de Laugthon-, que todo el proceso judicial se lleva a un ritmo de interés creciente, hasta desembocar en un final sorpresivo, como corresponde a una película de este género; y en fin, qué cuantos grandes maestros la hubieran querido dirigir. Así que si tiene o no tiene los defectos que se le imputan, me uno decididamente a los que no los vemos, ni tenemos que disculparlos.

Solamente me gustaría decir en favor de Wilder que observo la escena final más bien como una secuencia onírica que como un desenlace serio. Es cierto que no está brillantemente rodada; es verdad que el cuchillazo de Marlene a Tyrone se lo da en el estómago y es imposible que alguien muera de un cuchillazo a la barriga en pocos segundos. En todo caso la culpa es de la actriz que no le apunto bien al corazón, y del director que no hizo volver a rodar la toma. Por ello es posible que el hecho de que quedara asi, fuera deseo del director. Aún con todas estas imperfecciones, gracias al gusto a clásico irresistible que destila la cinta a lo largo de sus casi dos horas de metraje, resulta una de las experiencias más agradables que podamos vivir delante de una pantalla. Wilder al final de la película ruega a los espectadores no adelantar acontecimientos a los que aún no lo habían hecho. Yo no voy a ser menos, por eso espero que si no la han visto, hayan acatado mi inicial advertencia.

PREMIOS

Testigo de Cargo fue candidata a cinco Globos de Oro: película, dirección, actor protagonista (Charles Laughton), actriz protagonista (Marlene Dietrich) y actriz de reparto (Elsa Lanchester) y ganó solo en el apartado de actriz de reparto. Charles Laughton fue candidato al BAFTA, Billy Wilder al premio del Gremio de Directores y fue candidata a seis Oscars, en las categorías de: película (Arthur Hornblow Jr.), dirección (Billy Wilder), actor protagonista (Charles Laughton), actriz de reparto (Elsa Lanchester), montaje (Daniel Mandell) y sonido (Gordon Sowyer), no ganó en ninguno de los apartados. Fue el año de El Puente Sobre el Río Kwai y de Alec Guinness por su trabajo en esta cinta. En los Oscars de ese año competía como mejor película otra de las obras maestras sobre el cine judicial, Doce Hombres Sin Piedad de Sidney Lumet.

ANECDOTAS

Empecemos comentando una curiosidad: muchos de los espectadores cuando vieron Testigo de Cargo dijeron: "es sin duda la mejor película de Alfred Hitchcock". Esto sigue pasando en la actualidad, pues este film se considera aún hoy por muchos, como una de las mejores películas de Hitchcock; pero la hizo Billy Wilder y fue una de sus mayores satisfacciones.

Una O'Connor que daba vida a uno de los testigos, fue la única que había intervenido en la obra de teatro original interpretando el mismo personaje.

Laughton protagonizó una interesante anécdota durante la preparación de Testigo de Cargo. El actor no estaba seguro de poder interpretar a una persona con problemas cardíacos y fingió en la piscina de su propia casa un ataque al corazón. Su esposa, Elsa Lanchester, quien pensaba que todo formaba parte de la realidad se tiró muerta de pánico a la piscina a socorrer a su esposo. Después él le contaría que todo formaba parte de los ensayos.
Marlene Dietrich tenía sus piernas aseguradas y por este motivo tendría que tener al menos una escena en la que tenía que mostrarlas. Para ello se escribió expresamente una escena en la que se presentaba a su personaje, una cantante de cabaret que actúa ante los soldados durante la Segunda Guerra Mundial; contándose aquí como es que conoce a Leonard Vole. Para rodar la escena de su actuación se necesitó 148 extras, 38 dobles y costó 90.000 dólares.

Para el papel de Leonard Vole, Wilder quería una estrella como Tyrone Power pero en un primer momento el actor rechazó el proyecto porque el ritmo frenético de trabajo que llevaba le había dejado agotado y sumido en una gran depresión. Wilder anunció a los estudios que abandonaba el proyecto ya que no tenía a una estrella como Power en él. Los estudios se reunieron con el actor, le ofrecieron 300.000 dólares y un porcentaje de la taquilla y finalmente, aceptó. Testigo de Cargo fue la última cinta de Tyrone Power ya que falleció al año siguiente.

Y para terminar este artículo, recordaremos la siguiente anécdota que rodeó el estreno de la película en España en octubre de 1958. Por aquellos días Tyrone Power se encontraba en Madrid rodando un nuevo film y asistió al estreno; al salir de la sala un periodista le preguntó sobre el rodaje y para zafarse contestó: "No puedo decirle nada; ¿no ha visto que acabo de morir?". Falleció realmente al cabo de unos pocos días a causa de un ataque al corazón durante el rodaje en Madrid de Salomón y la Reina de Saba.

2 Comments:

Blogger Juan said...

Hola Alfredo, escribes sobre una pelicula que es de mis preferidas. La primera vez la ví en la pantalla grande y salí del cine gratamente impresionado. Luego la compré en video VHS y no me canso de verla de cuando en cuando. Es asombroso el conocimiento que tienes del cine, si es que no eres un profesional de la crítica cinematográfica. Disfruto leyendo tus descripciones, análisis, comentarios y anécdotas sobre películas antiguas que para mí son mucho mejores que las que se ven hoy dia. Habían mejores interpretes, mejores directores, mejores guionistas. Hoy se basan en efectos especiales, informática y argumentos banales que carecen de interés humano y social. Habian películas, aparentemente intrascendentes que han llegado hasta hoy como verdaderas joyas de la cinematografía. Para mi gusto, aparte de "Casablanca", no me canso de ver "Cayo largo", "El halcón maltés", "La jungla de asfalto", "13 rue Madelein", "El séptimo sello", "Fresas salvajes", en fin la lista sería muy larga porque también fui un cinéfilo empedernido pero desde luego no llego a la documentalidad de que tu haces gala. Es un verdadero placer leer tu blog y te aseguro que espero con interés ver de lo que vas a escribir en los próximos. No sé cuantas personas lo leen pero, para mí, es uno de los mejores que he encontrado.
Ánimo y sigue ilustrandonos a los amantes del buen cine.
Saludos cordiales.

6:59 PM  
Blogger Alfredo Guevara said...

Hola Juan. Me alegra que coincidamos en nuestro gusto por esta película, tambien es una de mis favoritas. Muchas gracias por tu comentario. No soy crítico cinematográfico -tal vez me hubiera gustado serlo-; pero siempre me ha gustado investigar sobre los temas que me agradan, y tratándose de cine, revisando una revista antigua que llega a mis manos, un libro sobre algún protagonista, aparte de la internet que tambien es de ayuda para buscar información, he podido reunir algunos datos para escribir los artículos. Estamos completamente de acuerdo en que antes habían mejores interpretes, directores, y sobre todo guionistas. Tanto es así, que existe el proyecto de rodar una nueva versión de "Testigo de cargo", en la que Nicole Kidman haria el papel de Marlene Dietrich y Al Pacino encarnaría al abogado que en la primera versión encarnó Charles Laughton. Ese es un proyecto para el próximo año, lo que evidencia la carencia de nuevas ideas en los guionistas actuales que hace que se tengan que realizar "remakes" de películas clásicas, aunque aún antes de iniciar el rodaje, ya sabemos que el resultado no podrá superar a la original.

9:10 AM  

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